Parecía más bien un reflejo. Creo
que tanto ver a Paul de forma “humanamente normal”, me ah hecho olvidar como
son los “fantasmas” “espíritus” “apariciones” o lo que sea que veo, de verdad. Si….era
‘el….o….una sombra…. ¿Un chico que se parecía a él tal vez?... ¡No! Tal vez ya
estaba traumada con los Beatles…y ahora seguro vendría George a jalarme los
pies de noche como un tipo de pesadilla. Y luego Ringo me llamaría
personalmente para cantar juntos en una de sus presentaciones… ¡Alto Marceline!
Ahora si estabas delirando. A veces deseaba que todo acabe, no ver más muertos,
ni fantasmas, ni nada parecido, ser una chica normal con una vida normal; pero
esto me había tocado y aunque fuese divertido en ocasiones, ya era suficiente
para mí.
Muy afligida y sin poder conciliar
bien el sueño la noche anterior, como ya venía sucediendo hace unos días, me
levante de la cama con mucho dolor de cabeza. Paul quien sabe dónde demonios
estaba, y de Frida tampoco sabía nada desde la última vez que nos vimos en la
cafetería hace unas semanas. Me vestí con lo primero que encontré; abrí la
laptop, busque lo que tenía que buscar. Apunte en una libreta lo recién
conseguido y apague todo.
-¡Paul! ¡Paul! ¡Sal de donde estés
estrellita!-Grite recorriendo toda la casa mientras buscaba un abrigo y mi
bolso de viaje.
Llovía a cantaros esa mañana, pero
nadie me impediría hacer lo que estaba a punto de hacer.
Pase frente al único espejo que
tenía en la casa, el del baño, y observe detenidamente mi rostro…-No soy tan bonita…. ¿O sí? Bueno eso no
importa ahora.
-Este dinero será suficiente….Llaves.,
llaves, llaves…. ¿Para qué llaves si no me voy a ir en el auto? Solo las de la
casa. Pasaporte…Bien, al parecer tengo todo. ¡¡¡Paul!!!
-No seas tan gritona…Eh… ¿A dónde
vas esta vez?
-“Vamos” a hacerle una visita a tu
amiguito narizón.
-¿¡Hablas de ir a ver a Ringo!?
Pe…pe…pero… ¿Por qué?
-Lo estuve pensando, y tal vez el nos
ayude, como es un ex Beatle, le creerán. Lo torturaremos hasta que confiese a
la prensa si es necesario.
-¿Cómo vas a hacer? No sabes donde esta
exactamente.
-Ese será tu trabajo, averiguar en
donde se encuentra en estos momentos.
-Marceline….aquí no se esta tan
mal, ¿Sabes? Mejor buscamos otra forma….
-¡Ah no! Tú ya me metiste en este
lio y hasta no resolverlo, harás lo que te digo. ¿Quieres irte de este mugroso
mundo, o no?-Paul no dijo palabra, nada mas observo perdidamente el vacio de la
habitación.-Leí que últimamente no está de gira, entonces debe de estar descansando
en la casa que tiene en Monte Carlo, Mónaco, no estoy muy segura.
-¡Mónaco! ¿Iras a Mónaco? –Exclamo
saliendo de aquel repentino trance.
-Así es, Mónaco, Estados Unidos,
Japón…hasta el fin del mundo si hay que hacerlo. Ve esto, tengo la lista de sus
posibles localizaciones. Quiero que vayas, por si mi viaje es en vano, ya sabré
donde está.
-Es como si lo acosaras,
jajajajaja.
-No es eso…Te estoy ayudando, tuve
que congelar este lapso en la universidad, luego lo recupero, además…-Subí el
cierre de mi chaqueta.-veré a Ringo Starr, eso lo compensa todo. –Sonreí más
que segura de lo que estaba haciendo, aunque Paul no parecía estar conforme con
la idea.
-Oye, solo no vayas a cometer una
locura.-Dijo con tono preocupado.
- Ya lo veremos.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
No di ni tres pasos lejos de mi casa
cuando me percate de que me era casi imposible ver, gracias a la torrencial
lluvia. Tenía que caminar una considerable cantidad de cuadras para conseguir cualquier
taxi o bus que me llevara al aeropuerto, y no quería que las maletas se
empararan. Maldito chaparrón. Sabía que bajo estas circunstancias los vuelos se
cancelaban, ojala y este equivocada.
-¡Mierda! ¿Y ahora qué?-Me queje
al observar que las puntas de mi cabello comenzaba a gotear. Paul se alzo de
hombros; para el no había problema evidentemente.
De pronto el sonido de unas
bocinas y las cegadoras luces de lo que parecía ser un coche Volkswagen tipo
“escarabajo”, se abrían paso entre la grisácea tempestad, deteniéndose justo
delante de mí. La ventana del conductor comenzó a bajar, y pude reconocer el
rostro de una chica a la que, sin dudas, había visto anteriormente, así que me
dio un poco de confianza.
-Sube.-Me dijo, casi en una orden.
Yo lo dude por fracción de segundos, pero al final subí lo más veloz posible en
el asiento del copiloto, colocando la maleta en mis pies y mi bolso en las
piernas.
-Gracias.-Le dije peinando la
maraña de cabello que traía con mis dedos.
-No hay de qué, allá afuera el
clima está bien feo.
-Perdón, ¿Te conozco?
-No sé, te eh visto hablar con
Frida en la cafetería, trabajo allí. Mi nombre es Aly, y por lo que se el tuyo
es Marceline.
-Ah…si, es ese.
-Fui a casa de Frida para entregarle
el nuevo uniforme que nuestro jefe impuso, se me había olvidado entregárselo
ayer, es por eso que vine a entregárselo a estas horas…Si no, el jefe se pone
de un humor de perros. –Comentó Aly.
-Sí, Frida menciono que es algo
así como un ogro.
-Esta bueno que te lleves bien con
ella, no es muy sociable.
-Eso creo.- Observé por el
retrovisor interior hacia los asientos traseros, Paul sonrió e hizo una mueca
de saludo.
-Bueno, como te iba diciendo,
entonces te vi parada allí toda empapada y temblando, con una cara de
preocupación poco común.
-Más bien de muerta, jajajaja.-Continuó
Paul queriendo hacerme enfadar, como siempre. Le lance una mirada
amenazante a través del espejo.
-Por lo visto te vas de viaje,
pero sinceramente querida, yo no saldría a vacacionar con este clima y a estas
horas…
-Sí, bueno, es que no son
exactamente unas vacaciones, es de negocios, o algo así.-Indique sin dar más
explicaciones.
-Interesante. Te llevo al
aeropuerto.
-¡Oh no! No quiero molestarte, de
verdad, tienes que ir a trabajar y…
-No es ninguna molestia; tengo
bastante tiempo.-Dijo sonriendo ampliamente. –Tal vez algún día me devuelvas el
favor.-Termino de decir. Era muy agradable esa niña, tenía ojos claros
brillantes muy expresivos, y una sonrisa contagiosa.
Me sonroje por lo mal que me había
mostrado con mi cara de “pocos amigos” que siempre traigo, ya que me había
caído como un ángel, y le dedique una
sonrisa, aceptando que me llevara.
----------------------------------------------------------------------------------------------------
-¡No, no, no y no! ¡De ninguna
manera tendré relación con ella, y menos de amigas! –Continuó reprochando
Cosette, luego de todas las insistencias de Stuart. Se encontraban dentro de la
habitación de hotel donde ella se hospedaba.
No sabía cómo convencerla, parecía
ser muy testaruda. El sonido de sus gritos y reclamos en francés se hacía cada
vez más irritante, esto ya le estaba colmando la paciencia al pobre Stuart, se
preguntaba porque John la había escogido a ella… ¡Ah sí! La francesa tenía un
gran parecido con Brigitte Bardot…-John…Eres
un imbécil, sabias.-Se dijo para sí mismo. Mientras Cosette seguía
chillando, supo de pronto que hacer.
-Muy bien, entonces pierdes.-Dijo
levantándose de hombros, como si de algo irrelevante se tratara.
-¿A qué te refieres con que
“pierdo”?
-Andrew…tu novi…bueno, tu ex
novio, lo vi hablando con ella amistosamente en la cafetería aquel día.
-¿Y cómo sabes tú eso?
-Se mas de lo que crees, pequeña.
Ahora escúchame. Si ella logra sacar a luz el secreto, entonces gana, no
obstante, si tú la detienes eh impides eso, entonces pierde; pero si no
colaboras y te rindes, la perdedora serás tú. Así que dime… ¿Quieres que ella
gane esto, y además se quede con Andrew? ¿¡Eso quieres!?
-¡Claro que no!
-Perfecto…-Stuart solo dijo
aquello para que Cosette por fin se callara la boca eh hiciera algo si quería
continuar con el plan, no lo tomo muy enserio, ya que su intención no era mala,
pero tenía que hacer entender a la chica que de eso se trataba, porque de ese
modo competitivo era ella.
Cosette salió insistentemente de
la habitación, como si un foco se hubiese encendido en una habitación oscura.-Vamos
Stuart, hay que conocer mejor a esa tal Marceline.-Dijo finalmente, marcando
una sonrisa victoriosa en el rostro de Stuart.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-¿¡Como que ya no hay boletos!?-Exclame
contrariada colocando ferozmente las manos en soporte que dividía el espacio
entre el hombre encargado y yo.
-Lo siento señorita, pero si
quiere puede comprar uno para el vuelo de la noche de clase turista, es el que
tenemos.-Dijo calmadamente tras el agujero circular formado en el cristal de la
cabina.
-¡No, nada de eso! Yo hice una
reservación por internet en la página oficial, ¡estoy segura!
-Lo cierto es que no encuentro su
nombre en algunas de estas reservaciones, tal vez lo haya hecho para otro
horario o en otra aerolínea, sin embargo, tenemos una hora antes de cualquier
cambio, puede que otra persona no compre los boletos con anticipación y allí
usted puede…
-Escúchame bien…-Leí su nombre en
la placa del uniforme.-Steven, tengo que lograr que el narizón confiese la verdad
sobre una muerte, llevo un mes sin dormir, tres de lidiar con un famoso
fantasma, no eh desayunado, ¡Y cuando no desayuno me pongo de malas! ¡¡¡Muuuyy
de malas!!! Así que, revise por última vez esa porquería de computadora suya y
deme el maldito pasaje ¡En este instante!-Indique histérica.
Lo sé, me había
sobreasado con el pobre hombre que colocó una expresión alarmante en su rostro,
seguro ese tampoco era su mejor día y tenía que lidiar con una cliente pesada
como yo, pero ¿Qué hacer? Estaba en medio de una crisis, pude haber aceptado
viajar en la noche, mas no se con exactitud que me ocurrió en ese momento. Imagine
que el hombre llamaría a seguridad y me sacarían a patadas de allí, sin embargo
me sorprendió que no lo hiciera.
-Disculpeme…emmmm…. ¿Podría
deletrearme bien su nombre?
-M A R C E L I N E C A S T L E.- Le deletree letra por letra,
ya que era como la quinta vez que se lo decía.
-¡Oh! Si, ya lo encontré,
disculpe, es so…solo, mmm que…leí mal su identificación, jaja, lo lamento
mucho, mal día para no traer gafas.- ¿Eso era? ¿No había leído bien mi
identificación? ¿¡No había sabido cómo escribir bien mi nombre!? ¡Qué idiota!
Me había hecho pasar vergüenza gritando como loca en aquel lugar,
definitivamente no era mi día. Paul solo se burlaba a mi lado sin decir
nada.
Luego de todo ese desastre, había
obtenido por fin mi pasaje, había abordado y despegado por fin el avión, y
descansaba “cómodamente” en el asiento. A mi lado iba una señora ya mayor, un
poco regordeta, que se quedaba dormida con la cabeza apoyada de su gran pecho;
a Paul no lo vi, lo más seguro era que había ido a averiguar el paradero de
Ringo, como le dije anteriormente que hiciera. Me había olvidado de traer
conmigo un libro y tenía que tener apagado el celular, por lo que no halle otra
cosa más que contemplar el azul del cielo y las nubes. Hasta que ese momento
que creí olvidado vino a mis pensamientos…
FLASHBACK
-¿Por qué hiciste eso?-Me aparte bruscamente de él, quien se
veía muy contento y victorioso.
-Quería hacerte sonreír. -¿Sonreír? ¡Para nada! ¿Por qué lo
había hecho? ¿Y cómo? Esperen…. ¡Paul McCartney me dio mi primer beso! No, no….
¡Un fantasma me dio mi primer beso! Eso de seguro era lo más traumante de toda
mi vida.
-No era necesario besarme…
-Pues a mí me gusto, ¿y a ti? –Me sentía más que incomoda.
-Emmm pues…Aun no me explico cómo hiciste eso.
-Jajajajaja, no preguntes, solo agradece. Y por cierto…tus
labios saben a cereza, con vainilla.-Agregó soltando unas risas, el color de
mis mejillas se hizo más notorio, cuando mi cara era la que parecía una cereza.
-Es que…el helado era de cereza con vainilla…
-Eso lo explica todo. Jajajajaja.
-Que pesado eres.-No sabía que decir por los nervios, solo
reía observando a mí alrededor, excepto a Paul.
FIN DEL FLASHBACK
En verdad me había gustado ese beso… ¡Acababa de besar a un
Beatle! Era demasiado bueno para ser cierto, aunque Paul lo haya tomado como
una pequeña broma. Él era un Casanova y yo había caído en su trampa, como
cualquier chica inocente y enamorada de los 60’s ¿Cómo pudo…? A estas alturas ya
nada podría sorprenderme más. Tampoco entendí porque estaba pensando en
aquello, no podría pasar nada entre él y yo, no podía en verdad, si me hacia la
idea de un “nosotros” iba a terminar arrepintiéndome y sufriendo, ese no era mi
plan. No quise decírselo a Paul, la emoción me explotaba por dentro pero tenía
que mantener la cordura, la poca que me quedaba.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Frida se hallaba como nunca,
trabajando. Los clientes esa mañana parecían hormigas, miles de hormigas
alborotadas por la ya escampada lluvia, o mejor dicho, tormenta. Cuando al fin
logro encontrar un momento de paz, se recostó de la barra sobándose ligeramente
la cabeza, eh intentando acomodar su espalda para aliviar la tensión. Ya se
estaba cansando de todo ese trabajo, y no había nada que pudiera hacer.
Al instante, su humor cambio, al
recordar que esa misma noche iría con Tino a cenar a algún sitio sin importancia.
La razón de porque le emocionaba tanto, aún era un misterio; tenía muchas ganas
de salir, divertirse, y más que nada, de verlo, aunque no lo admitiera.
Sus pensamientos se desvanecieron,
cuando diviso a una chica entrar a la cafetería, que estaba ya prácticamente
vacía. Como buscando algo, se acerco a Frida, pensaba que solo se trataba de
otra clienta.
-Buenos días…
-Buenos días, ¿Se le ofrece algo?
¿Un té, un café, un chocolate caliente?
-Mmmm yo….un café, por favor.
-De inmediato.-Frida se alejo y
Cosette sentándose en una de las mesas vacías, buscaba a Andrew con la mirada,
quien había desaparecido hace un rato.
-Aquí estoy.-Le dijo Stuart,
recostándose del asiento cruzado de brazos.
-Su café.-Frida fue a entregarle
la taza, cuando vio lo que nunca creyó ver justo en frente de sus ojos, parpadeó
varias veces, en un intento por hacer de su visión, solo un juego de la
imaginación.
No fueron muchos los segundos que
logro reconocerlo, y consiguió actuar como si nada hubiese ocurrido. Aunque Stu
lo había notado. Para cuando Frida volvió la mirada hacia él, ya no estaba.
-¿Conoces a una chica llamada
Marceline?-Pregunto de repente Cosette, quien no había notado la situación
anterior.
-Sí… ¿Qué pasa con ella?
-¿Se encuentra aquí?
-No, hoy no la eh visto, la verdad
hace un tiempo que no la veo. ¿Por qué?
-¿No sabes dónde puedo
encontrarla?
-Tampoco no, lo siento.-Dijo
cortadamente y con cierta desconfianza.
Cosette bufó, pensativa por un
instante.-Está bien, gracias de todas formas.-Dijo finalmente, sorbió un poco
de café, saco unas cuantas monedas de su falda y apenas entregándoselas a
Frida, dejo el asiento, saliendo apresurada del local.
A Frida le extraño mucho aquello,
primero: ¿Quién era esa chica? ¿Para que andaba buscando a Marceline? Y más
importante aún… ¿Qué hacia Stuart Sutcliffe con ella?
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Alejándose del lugar, Cosette se
topo con Stuart, en una calle no muy transitada.
-No está.
-Lo sé.
-¿Qué tienes?-Pregunto al
notar lo inquieto y distraído que se hallaba Stuart.
-La chica que te
atendió.-Hizo un gesto apretando los labios.-Ella me puede ver.
-¿Crees que eso nos traiga
problemas?
-No lo sé. Puede
especular, tal vez. Debes de ser más prudente ¿Entiendes?-Stuart no sabía con
exactitud qué relación tenia Frida con Marceline, así que no le dio mucho
interés, sin embargo, ahora lo tenía en cuenta.
-Pues, sigue tú consejo también.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Paul me despertó apenas llegamos al
aeropuerto de Monte Carlo, reincorporándome del sueño en que fui presa unas
horas antes.
-Te babeaste, jajajaja.-Fue lo
único que dijo al verme; y sin hacerle caso, limpie mi boca disimuladamente,
baje del avión, tome mis cosas, y salí a la ciudad, claro, no sin antes hacer
todo los engorrosos trámites en emigraciones. Él me observaba silenciosamente mientras
tanto, demasiado concentrado diría yo, al punto de ponerme nerviosa; hasta que
volvió a retomar palabra.- Has actuado extraño en estos días, muy seria y
distante…algo te pasa.
-Nada. Así soy yo.-Le atine a
decir lo mismo que el a mí. Aunque mi comportamiento si era inusual algunas
veces, tenía un agobio interno sin descifrar.
-Sí, sobre todo cuando le
gritaste al hombre de los boletos, esa fue mi parte favorita.-Él sonreía, ¡Se
burlaba de mi desgracia! Que descaro. Pero no me enfade por su comentario, no
pude, simplemente, reí junto con él.
Lo reconozco, que linda sonrisa
la de aquel Beatle, más aun en vivo y directo; confieso que, todas las
Beatlesonrisas me encantaban, pero más que las de George y Ringo juntas, era la
de Paul, que me llevaba más arriba del cielo hasta estrellarme contra la tierra
violentamente y volverme a levantar, permitiéndole a mi confianza realizar todo
aquello que él me pidiera, de deseos de cosas imposibles, una chispa que hacia
brillar todo mi cuerpo, una vela que a pesar del viento persistía en continuar
encendida y llameante, por otra parte, traviesa, con una pisca de sensualidad
irresistible, esa era su sonrisa. ¿El estaba muerto? No parecía, así que lo
descubrí, para mi él era la esencia, de lo alguna vez fue en esta tierra, de lo
que en realidad era, cuando su cuerpo tenia vida.
Cogí bien mi maleta, colgué el
bolso en mi hombro y saque de él un mapa turístico de la ciudad. Localice un
hotel, era de noche y no podía darme el lujo de caminar sola por una ciudad que
no conocía, ni de llegar a casa de Ringo Starr como si nada a esas horas; así
que pedí un taxi que me llevara al lugar indicado.
Allí se hablaba en francés, pero
eso no fue un problema muy grave para mí, podía “sobrevivir” gracias a que en
el internado me enseñaron lo básico del francés, italiano y alemán; por suerte.
Llegue al hotel, era sencillo,
pero lo suficientemente bueno. Me instale como pude, revise en internet la
dirección exacta del ex Bealte; comparándola con la que Paul me dijo y había
averiguado de antemano; como yo supuse, el si se encontraba allí. Al día siguiente
iría para ese lugar, iría a contarle aquello que guardo por mucho tiempo y que
yo, una chica que nunca vio en su vida, sabía con determinación, era posible
que no me creyera, que lo negara una y otra vez por más verdad que sea. Como
iba a entrar en la propiedad y verle, ni
sabía. Los nervios eran evidentes, y tratando de controlar mis neuronas,
procure dormir, mañana sería un largo día.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Esa misma noche en Londres
Inglaterra, Frida ya “arreglada” para su “cita” con Tino, lo pongo así porque solo llevaba un vestido
corto a rayas blanco y negro, con unas botas altas sin tacos color negras; de
maquillaje apenas un delineado negro en la parte superior del ojos, se coloco
encima una chaqueta negra de cuero, y listo, su estilo de siempre. Y de cita,
no tenía nada, o por lo menos eso pensaba ella.
Tino fue por ella en un auto convertible
rojo que apenas logro reconocer, ya que él normalmente llegaba a la cafetería a
pie, o en un auto usado y algo viejo, pero conservado.
-¡Wow! ¿Qué se supone
que es esto? No me digas que lo robase, mira que no me quiero meter en
problemas ahora niño.-Le dijo apenas subió al convertible.
-Jajajaja no, para nada. Es mío.-Indico
pareciendo ser sincero y despreocupado.
Ella arqueo las dos cejas, una
cierta incertidumbre paso por su mente, pero prefirió guardar sus presurosas
preguntas.-Mas te vale. –Concluyó, y no dijo nada más en todo el camino, que
para impresión de Frida, había sido realmente largo.
Tino estaciono el auto frente a
una casona, de gran entrada y hermoso jardín delantero. Frida dirigió una
mirada suspicaz al observar que era uno de esos lujosos y exclusivos barrios,
de esos que solo se ven en las películas. A decir verdad, se había percatado de
esto al cruzar las montañas y alejarse de la ciudad, pasando por varias
entradas con grandes letras en ella, coches de último modelo aparcados frente a
inmensas mansiones. Se podía oír desde adentro una música animada, por lo que parecía
ser una fiesta, se sintió abrumada al instante.
-¿Qué hacemos acá? Dijiste que iríamos
a un restaurante.
-Ya lo veras.
Sin saber lo que tramaba aquel
chico, Frida soltó un largo y
quejumbroso suspiro, reprimió todas las preguntas que abordaban su cabeza, y prefirió
seguirle la corriente. Entraron en aquella mansión abarrotada de gente, que al
notar con sus propios ojos, eran famosos, si, famosos, ya que se topo con
varias celebridades, y otras personas de recio abolengo, a quienes no dejaba de admirar con
cautela, parecía ser un sueño; que cada vez se hacía más interesante.
Las luces, el ruido de la música a
todo dar, el olor a alcohol y marihuana que parecía concentrarse cada vez más,
mareaban a la chica, que no estando acostumbrada a esa clase de vida, comenzó a
sentirse incomoda. Sin darse cuenta de que Tino la tenia agarrada de su mano, y
este la había soltado por un instante para saludar a Wendy, que también estaba
en la fiesta, y quien charlaba alegremente, con otro de los tantos grupos que
se encontraban en el lugar. La rubia se le acerco, la saludo igualmente y dio
media vuelta, alejándose.
-Toma asiento.-Indico Tino
sonriente, señalando unos pubs puestos al azar en el parqué. Frida le obedeció,
eh intentando controlar sus ganas de reclamarle por aquello, comenzó a decir…
-¿Dónde estamos? ¿Qué es
todo esto?
-Esta es mi casa, y es
una fiesta, mmm…hoy es mi cumpleaños.
Frida escupió de repente el pequeño
sorbo que le había dado a su Martini, que Tino le ofreció minutos antes.- ¿Tu
qu…que? ¿Por qué no me dijiste antes? Y... ¿Cómo es que?...... ¡Ay! Lo siento.
Feliz cumpleaños…-Dijo, aun con la notoria sorpresa en su rostro.
-Jajajajajajaja, veras, no te dije
porque creí que no aceptarías venir, no sé porque en verdad.
-Y como es que
vives…aquí. Y tienes estos inusuales, invitados…
-Bueno, mis padres son dueños de
una gran discográfica aquí en Londres; mi hermana Nina, la novia de Wendy, es diseñadora, y una de las principales modelos de las revistas mas importantes de New York. Son muy reconocidos, y se puede decir que
mi posición económica y social es bastante estable.
Frida se acomodo en el pub,
tratando de asimilar todo lo escuchado. Estaba en un lugar que no conocía, con
personas que no conocía y un chico al que ahora sabía, no conocía tampoco; sin embargo,
le parecía atractiva toda la situación.
-Lamento no habértelo dicho antes,
pero muchas de estas personas solo están aquí por puro interés, y no quería que
sucediera lo mismo contigo.-El brillo en sus ojos indicaban que no mentían.-Es
agradable tener una persona que te aprecie por quien eres y no por lo que
tienes. De veras lo siento.
-Discúlpame a mí, por no haberte traído
un obsequio.
El sonrió.-No hay
cuidado.- Algo en su mirada, le hacían recordar a la de George Harrison, su
misma seria expresión, con unos ojos halógenos, que la llevaban a suspirar muy
en el fondo.
Como no se dio cuenta antes, hasta su sonrisa era idéntica; por un
segundo pensó que se trataba del mismísimo Dhani Harrison, aunque en una versión
más joven, y mejorada, con la única diferencia que Tino era rubio. Vacilo por un instante.
-Te han dicho antes que te
pareces a….
-¿Si?
-A…..Mmmm….Ge….
-George Harrison…
-Sí.
-Jajajaja. Un par de
veces, es parte de mi atractivo.-Dijo burlesco, haciendo que Frida sonriera también.-Te
tengo una sorpresa.
-¿Cómo así? Más de la que
ya tengo es imposible.
-De veras, creo que es buen
momento.-Hizo una pausa, dejando en expectativa a la chica.-Se que la música es
tu vida, y que te encanta tocar guitarra. Así que eh quedado con mi padre para que
grabes en un estudio.-A Frida se le iluminaron los ojos, y todo lo malo que había
pensado sobre el anteriormente se desvaneció por completo.-Claro…quiere hacerte
una prueba primero, pero estoy seguro de que le encantaras.
Sin darse cuenta, tenía a
Tino entre sus brazos, casi ahorcándolo; tanto él como ella quedaron perplejos,
era la primera vez que Frida hacia eso, pero continúo apretándolo tanto como su
agradecido corazón le permitía.-Gracias, gracias, gracias, gracias, muchas
gracias, no sabes lo feliz que me has
hecho.-No tenia palabras, y que decir sobre Tino, que ahora se encontraba en el
paraíso.
La noche avanzaba magníficamente.
Adentrándose más en el ambiente, bailando felizmente, mientras disfrutaban de
la velada, ella estando drogada, poco menos que Tino. Frida reconoció a lo lejos, un personaje que últimamente se
relacionaba en su vida, aunque no de tal modo, ni él era exactamente de quien
se trataba.
-Ese es...-Pronuncio cerca
del oído de Tino, para que pudiera escucharla.
- Ah sí, Paul McCartney.-Dijo
haciendo caso omiso a su presencia, a Frida tampoco le hacía mucha gracia, en
un pasado tal vez haya saltado frenéticamente hacia él, pero sabía que solo se
trataba de, mejor dicho, Faul.-Ah hecho muchos contratos con la disquera, es
como un “amigo” de la familia, lo invite porque sabía que te gustaba su ex banda,
aun sabiendo que Wendy se volvería como loca.
-Espera…. ¿Ella no era
lesbi?
-Sí, pero lo admira mucho.
–Recordó lo que había dicho el día en la conoció y no pudo evitar soltar unas
risas.- Puedes ir a conocerlo ahora, jajaja.
Frida se comporto como si
nada, tampoco quería hacer sospechar a Tino, así que fue a donde el hombre, que
arrinconado conversaba con una mujer más joven, poso la mirada en ella; le pidió
un autógrafo muy sonriente, y se devolvió. Después de todo, muchas de las
canciones que le encantaban fueron hechas por él.
-Hablando de eso…. ¿Que opinas
sobre la “supuesta” muerte de Paul McCartney?-Le interrumpió sentándose su lado
de nuevo.
-Patrañas…-Contesto
firmemente.-Muerto o no, el tipo logró llegar lejos con una buena imitación, eh
hizo a mucha gente feliz, punto.-Y tenía razón por una parte, pero algo escondía
en sus palabras. Y quiso cambiar de tema, parecía disgustarle aquel asunto.
-¿También conoces a Ringo
Starr?
-Por supuesto...-Respondió
soltando el espeso humo por su boca, mientras sujetaba un porro. Aunque con una
mirada firme en el vacío.
-¿Me lo presentarías?
-Claro, cariño. Solo dime
cuando.-Volteo a verla, notándosele los efectos de aquella droga reflejada en
sus continuas risas.
Tuvo una increíble idea. Y
mientras maquinaba cosas en su mente, se vio interrumpida por un escalofrió que
le recorrió el cuerpo, seguido de un placer excitante, que era producto del
alcohol, Tino la tenia encaramada en el
puf, besándola en el cuello apasionadamente, mientras de fondo sonaba la canción “Why
Don’t We Do it In The Road.”
♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪
Feliz de volver a publicar otro capitulo, agradezco enormemente a las que leen esta historia. =) El capitulo no iba a terminar allí, pero se me paso la mano, la hice muy larga y quedo un poco recortado en cuanto a contenido, sin embargo publicare pronto el siguiente, para no hacerlas esperar mucho. Jajaja. Como ya habrán notado, decidí el nombre de la protagonista, y este sera "Marceline" No se quienes aquí hayan visto "Hora de Aventura" Un personaje tiene ese nombre y no se, me encanto. x3 Jajajajaja. Frida, si estas leyendo esto, ¿Recuerdas lo del asesinato? Bueno, después de esto no falta mucho. >.< No, mentira, tampoco soy tan mala.
Jajajajaja, la verdad es que no me acordaba de Hermione cuando escribí esa parte, y me reí mucho. No te preocupes, a mi también me encanta Harry Potter. c:
Saludos, paz y amor. <3