martes, 8 de octubre de 2013

#8

Esta canción me inspiro al capitulo de hoy. c:


-Explícame ahora, ¿Cómo es que nunca fuiste a la playa?
-Si eh ido, Paul, pero una sola vez con mis padres, y estando muy pequeña.-Era cierto, nunca había tenido otra oportunidad de ir luego; pero ahora, que conducía un “Jeep” azul, que había alquilado recién,  para ese día, y estando a tan escasos minutos de la playa, era un buen momento para visitarla, aunque eso significara retrasar mi visita a Ringo, y tal vez, era lo que quería.-Es hora de estrenar el muy costoso traje de baño que compre hace unos meses.-Mencioné.

Se podía sentir el frescor y la brisa pegajosa que inundaba el aire; era temprano y el sol aun no salía. Había unas pocas personas acampando cerca. Estacioné como pude en la arena, y corrí hacia la orilla.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

(Relatado por Paul)

Marceline madrugo aquel día, me dijo que quería hacer algo especial, y empaco un bolso con lo que parecían cosas que se llevan a aun día de playa.

Luchaba con el suelo arenoso y desigual del lugar, casi derribaba una palmera, pero parecía estar muy emocionada, como una niña en parque de diversiones, y eso la hacía ver tan linda, que no pude evitar reírme por tal actitud. Al bajarse del Jepp, se quito el vestido blanco que llevaba puesto, dejando al descubierto el bikini y todo su esplendor, corrió hacia la orilla.

-¡Esto es más hermoso de lo que recordaba!-Exclamó. La vi deslizar sus pies en el agua.- ¡Esta fría! –Volvió a decir.-Los rayos del son iluminaban poco a poco el horizonte, reflejando en el agua miles de colores cálidos, brillantes. Marceline se metió de a poco en el agua, mojándose el cabello, mientras esbozaba una que otra sonrisa.

No me percate del momento en que salió, lanzándose en la arena.- ¿No es perfecto?......Paul….-Me acerque a ella.-Paul.... ¿Qué tienes? …….Ahhh ya se. ¿No habías visto nunca a una chica semidesnuda en el mar?
-A ti no.-Le dije intentando volver a la tierra.
-Jajajajajajajaja claro, claro….ven aquí. –Indico sacando de su bolso una cámara fotográfica.- ¿Puedes salir en las fotos?
-No lo sé.
-Bueno, ahora sabrás.-Se acomodo a mi lado sonriendo, yo también lo hice, apretó un botón que al instante lanzo un flash hacia nosotros.-Bien, veamos. -Reincorporándose en la arena observó la recién tomada foto, pero no dijo nada.
-¿Puedo verla?-Pregunté, ella pareció pensarlo.
-Luego. Ahora voy nadar.-Me saco la lengua en seña de burla, guardo la cámara y corrió zambulléndose de nuevo en el agua.

(Versión de Marceline) 

No le quise decir nada, porque solo yo había salido en la foto, y en su lugar, había solo una esfera de luz blanca casi imperceptible.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------


(Versión de Paul)

Ya era casi medio día. Marceline se encontraba distraída, leyendo un libro, debajo de una gigantesca sombrilla de sol clavada en la arena. Pensé que ya no se percataba de mi presencia, porque estaba muy concentrada en aquel texto; y que también había olvidado el verdadero motivo por el que nos encontrábamos allí.

-Esas gafas de corazón te hacen ver realmente sexy.-Le susurré cerca del oído, para llamar su atención.
Ella se bajo un poco las gafas, mostrando parte de sus ojos.-Gracias.-Contestó con una mirada seductora que me hizo sonreír, y volvió a acomodárselos.
-¿Qué estás leyendo?-Pregunte esta vez.
-Una novela.-Dijo únicamente, sin mirarme. A lo que yo hice un ademan de inconformidad por la respuesta. Ella se quito las gafas y las coloco encima del libro, que cargaba entre sus piernas.

Apoyo sus manos en la arena con el cuerpo inclinado un poco hacia atrás. Desvió la vista, con un gesto impenetrable, y la mirada fija hacia el mar; para luego de unos segundos volver a hablar.- Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas.-Hizo una pausa, esta vez observándome.- Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta.-Concluyó. Esto hizo que me confundiera un poco, por esas palabras que no comprendía, pero que había leído o escuchado en algún otro lado, solo que no recordaba; y además,  por su enigmática mirada.

Me acerqué más a ella, haciendo que nuestros ojos se encontraran; y en un esfuerzo por sentir su respiración, sin éxito (porque no podía gozar de aquella virtud) Marceline aparto la vista de mi, acomodó un mecho de cabello detrás de su oreja, y otra vez se coloco las gafas, reincorporándose de nuevo.

-Adoro este libro. Perdí la cuenta de las veces que lo eh leído.-Sonrió.-Ya hasta me lo sé de memoria.-Afirmo animadamente. Y a mí no sé que me sucedía, no podía decir nada, parecía que me hubiesen arrancado la voz en aquel instante, porque solo quería contemplarla.-Es un amor prohibido, imposible de aceptar, que no tiene ni pies ni cabeza….como el nue….-Dejo inconclusa la frase, y cabizbaja cerro el libro. -Mmmm…-Dudó un momento y retomo de nuevo la conversación.-Una chica del internado me lo regalo el día de mi cumpleaños número dieciséis; era de ella,  y me dijo, casi me hizo jurar, mas bien, que no podía dejar que las maestras u otras niñas lo vean. Fue algo así como mi primera revista playboy, jajajaja.
 -Debo decir que me siento alagado por tal confesión, señorita.-Opiné sonriente. Por fin había logrado salir de aquel extraño trance, y me felicite por eso. Aunque, estaba muy seguro de que esto nunca me había sucedido antes.
 -Jajaja, es cierto…Oye….
 -Dime.
 -Hay algunas cosas que todavía me quedan por comprender, respecto al día de tu muerte, y tu reemplazo. Son como lagunas mentales, sabes, me es difícil.
 -¿A qué te refieres con eso? Mira….muchas de las cosas que dijeron no eran ciertas. Nadie además de ellos sabe en realidad lo que ocurrió, así que no te dejes llevar por chismes tontos e historias dramáticas…simplemente me fui en un momento inoportuno, y la idea broto de un sentimiento desesperado.
 -Sus hijos, son parecidos a ti… ¿y tu familia sabía esto? ¿Por qué nunca dijeron nada?
 -Él era casi idéntico, hasta sin las operaciones, parecía ser pariente, o algo, no tengo idea. Y mi familia…bueno, ellos si se enteraron de todo, era obvio que supieran, pero, por una buena cantidad de dinero a cambio de su silencio, era suficiente.
 -Debió haber sido muy duro para ti.
 -Todavía lo es, y creo que nunca los perdonaría.-Dije frustrándome un poco más, en el fondo me daba vueltas el tema, no quería aceptarlo muchas veces.
 -¡Pero eso te ganas por andar de borracho y culero!-Exclamo como burla, cosa que no me agrado, y Marceline lo noto.-Lo siento.
 -No importa. Te confieso que, muchas de las canciones que Faul compuso, fueron mías, es decir, que tome control de su mente y lo ayude. Por momentos era él, y luego yo, hasta que encontró su o mejor dicho, mi propio estilo. Solo que me llevaba a agotar toda la energía del lugar y la suya también.
 -¿Es enserio?
 -Si…. ¿Acaso crees que podía ser tan guapo como yo y además talentoso? ¡Pues no!
 -Jajaja, tonto, no eres tan guapo, pero si increíble.
 -Mientes, sabes que lo soy.
 -Tal vez un poquito....bueno si, muy sensual. Jajajaja, bueno…me alegra saberlo, ya estoy un poco más tranquila con respecto a eso.
 -También debo decirte, que todas esas “pistas”, fueron ideas mías, yo convencí a John, de la misma manera en que ayude a Faul….Créeme, nunca habrían puesto todas esas cosas raras, ni inventos, si no hubiese jugado un poco con ellos.
 -¿¡Que!? ¡Paul, eso no se hace!
 -Tuvieron éxito, ¿sí o no?
 -Sí pero…no de esa forma.
 -Mmmm y aun no sabes la peor parte…
 -Preferiría no saberlo.
 -¿Segura?
 -Ok, está bien, dime.
 -El día de tu audición….emmm…yo fui quien tomo control de ti, e hice que tocaras, y cantaras, un poco parecido a mí….Solo que…con tu voz….digamos que, te di confianza. -Supe de inmediato que no tuve que haber dicho eso, porque ella quedo exaltada, con seria sorpresa, pero reacciono deprisa.
 -¡Paul! ¿¡Estás loco o que rayos te pasa!? ¡Esa audición era importante para mí! ¡Y la has arruinado!
 -¿Qué? Espera…más bien deberías agradecerme, el jurado quedo impactado.
 -¡No! ¡No está bien!……-Intento calmarse.-Prométeme que jamás volverás a hacer algo como eso ¡Jamás!
 -Ok, ok, lo prometo.
 -¿De verdad?
 -Palabra de fantasma.-Dije, y al parecer le hizo gracia.

(Versión de Marceline)

Nos quedamos varios minutos en silencio, tenía que procesar todo aquello, Paul me traía por la izquierda y de pelea con todo, mis sentimientos, mis pensamientos, mis emociones; tanto así que la mudez y el silencio era lo único que gritaba mí alma. Pero la tonta curiosidad volvió a mí.

-¿Y Jane? Ella…. ¿Lo sabe?-Pregunté. Paul cambio por completo la expresión de su ánimo.
 -Jane…-Susurro melancólicamente.

Pero que tonta ¡Tonta, tonta, tonta! Deseaba que la arena me tragara, ya que presentí sus pensamientos, como si hubiera abierto una puerta, que traía un cartel gigante de “Clausurado” en ella. Era experta en derrumbar sentimientos.

-Sí, lo supo, pero la amenazaron con que callase….Como deseaba decirle adiós, verla por última vez. Aún, me gustaría, pero no me atreví a ir donde ella.
 -No te pongas sentimental ahora, estrellita.-Me levante recogiendo mis cosas.-Quita la cara de idiota y vámonos ya.

Me torturaba mentalmente por haber sido tan dura. Se veía muy triste, que me daba mucha pena, esa carita… ¡Mierda! Siempre eh sido fría, pero con él no podía ocultar mis ganas de abrazarlo y…En ese momento se me ocurrió algo, que tal vez me mortificara. Pero antes recordé mi misión en ese lugar, que era lo más importante entonces.



------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Escuchaba Don’t be cruel de Elvis a todo volumen, Paul la cantaba animosamente. Mientras yo conducía, me sentía frustrada, porque se me hacía difícil manejar, ver el mapa, ubicar las calles en el GPS, y pedir indicaciones, todo al mismo tiempo. La voz de Paul ya me estaba colmando la paciencia.

Deje el mapa a un lado y le baje el volumen a la música rápidamente. -¿¡Podrías callarte!? No puedo concentrarme contigo cantando, como si estuvieras dando un concierto. En serio, es desesperante.-Dije sin pensar, y no escuche mas su voz después; solo el lejano sonido de la canción a través del equipo de sonido.
-Marceline…-Comenzó a decir Paul.- ¿Porque eres tan cruel conmigo?-Dijo de pronto, causando en mi una sensación de diversión y confusión mezclados.
-Jajajajajajaja. -Solté una carcajada, creí que se trataba de algún chiste por la canción, pero al sentir el ambiente algo denso, despegue mi vista del camino y lo observe, por su mirada, supe que lo decía en serio, muy en serio.-Ah… ¿Es cierto?- Paul notablemente irritado, se limito desviar la mirada hacia otro lado. Todo quedo en silencio.

Eso me rompió el corazón. ¡Caray! Había hecho algo mal.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Llegue por fin al sitio indicado. Deje el Jepp a unas calles de la mansión, porque si caminaba no me notarían tanto los guardias del lugar. Pase por varias entradas esperando reconocer la de Ringo. Cuando vi la entrada que parecía ser igual a la foto que había sacado de internet, respire profundo y me acerque al intercomunicador ubicado en uno de los muros de la entrada.- ¡Wow! Si que saben vivir.-Exclame viendo los excéntricos jardines y monumentales fachadas.

-No lo veo por ningún sitio adentro. Creo que no está.-Indico Paul.
-¿Seguro que revisaste bien?
-Claro que sí, soy fantasma no ciego. Halla tú si quieres creerme.
-Ya, pero no te enojes.-Le dije contrariada por su actitud.

Toque dos veces el timbre del intercomunicador, espere largo rato, hasta que al fin alguien quien parecía ser un hombre mayor (pero no era la voz de Ringo) respondió.

-Buenas tardes, ¿Quién es y que se le ofrece?-Tenia un acento francés estricto.
-Emmm….emmm….-Dude sobre que contestar. Si le decía que quería ver a Ringo Starr, obviamente no me iban a hacer caso, ni mucho menos dejarme entrar, sabía cómo eran esas cosas. Y dije lo primero que se me vino a la mente.- Soy su nueva secretaria, Marceline Castle, tenía una cita con Richard Starkey, para discutir asuntos de trabajo, ya sabe…
-Lo siento, pero el señor Starkey no me ah informado de alguna “cita” con una “nueva secretaria”.
-Sí, lo sé, es porque….emm…Mire, no le estoy mintiendo, es necesario que me vea con él hoy.
-Me temo que no puedo ayudarla señorita Castle. El no se encuentra en estos momentos, y la hora de su llegada me es indefinida. Sin embargo, cuando llegue yo le avisare sobre su visita. Ahora retírese, por favor.-El tipo me descolgó la comunicación, pero no me iba a dar por vencida, si enserio había salido, tenía que llegar en cualquier momento, y podría aprovechar esa oportunidad.

Alejándome un poco de las cámaras de seguridad, me acomode en una de las aceras, a esperar. Así estuve un par de horas. El día era hermoso, un cielo tan azul que combinaba perfecto con la luz del sol, todo era cálido, disfrute estar allí. Busque a Paul, quien estaba echado en medio de la calle, con los brazos cruzados detrás de la cabeza y mirando al cielo. Contemple su perfil, casi hipnotizada; hasta que algo frio recorrió mi cuerpo, y toco mi hombro, yo me sobresalte un poco, y voltee para buscar de donde provenía la sensación.

Entonces vi el rostro de una mujer, con grandes ojos oscuros al igual que su cabello. La reconocí casi al instante.

-Dile que aun lo amo….-Manifestó con sensatez, observándome fijamente.-Que ya no se preocupe, yo estoy bien, todos estamos bien. -Volvió a decir casi en suplica.
 -Maureen… ¿Cox?-Articule impresionada. Ella me sonrió, esfumándose casi de inmediato. Y supe a quien se refería.

Quede absorta en mis pensamientos segundos antes de que Paul me interrumpiera.

-¡Allí esta! Es Ringo.

Yo me puse en pie, vi entonces una Hummer negra, que entraba por aquella gran reja en la que antes estuve, pero estaba abierta de par en par. Me agache para que nadie me viera, y antes de que cerraran, entre casi como un ninja, escabulléndome entre el gran patio delantero, y me escondí detrás de una escultura en mármol que adornaba el jardín. Me asegure de que no hubiera nadie, y corrí detrás de la Hummer siguiéndola. Estacionó cerca de un garaje, y la puerta del piloto se abrió, mi emoción estaba a punto de traicionarme, para acercarme frenéticamente a él y gritar, sin embargo me controlé, le seguí cuidadosamente (si que necesitaba mejorar la seguridad) Abrió una de las puertas del otro lado de la propiedad, y antes de que colocara un pie dentro, grité desde lejos.


-¡Ringo! ¡Espera!-Él volteo, cargaba unos lentes oscuros, como siempre, hizo un gesto como de -“no puede ser, otra fan loca” –No quiero hacerle daño, solo necesito decirle que…-No podía creer que me encontrara allí. ¡Estaba parada justo enfrente de la puerta en la casa de Ringo, Ringo Starr! Y el allí, delante de mí, solo que, no sabía ni que decirle. Paul me observaba, sin embargo el señor de ojos azules no lo podía ver. Yo me acerque, esperando que pasara algo, recién me daba cuenta de que era una locura,  ahora si me había metido en problemas.

♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪

No quiero que malinterpreten mi historia. Cualquier parecido con la realidad en este fic es pura coincidencia. xD Ok no. Recuerden que solo es mi imaginación, ya que quería hacer algo diferente; y mi objetivo no es ofender a nadie, ni distorsionar los hechos verdaderos, solo es diversión y entretenimiento. Yo también soy una fan de corazón, y pienso que Paul McCartney es imposible de reemplazar, nadie lo haría, ni siquiera se atreverían; es único,  no hay otro, y esta mas vivo que nunca. (Solo quiero aclarar, que no soy creyente de esa supuesta muerte de Paul) Pero la idea me vino como agua fresca y dije ¿Por que no? ¡Hay que hacerlo! A ver que sale. >.< Solo hay que utilizar un poquito la imaginación, y pensar como hubiese sido esto en otras condiciones. 

Gracias por leerme, y por sus comentarios. c: Me gustaría también saber su opinión acerca de esas tales "pistas" y cosas sobre su "muerte". Para que sea mas didáctico esto y  así. =D (Ya sueno a preescolar jajajajaja) No, pero en serio. 
Muchas gracias chicas guapas e inteligentes que los aliens trajeron a este mundo. xD Yo me despido.

PD: Y publicare pronto otro capitulo mas largo, ya que este es como la segunda parte del anterior, aquí no aparece nadie mas que los dos tortolos esos. xD

viernes, 4 de octubre de 2013

#7

Parecía más bien un reflejo. Creo que tanto ver a Paul de forma “humanamente normal”, me ah hecho olvidar como son los “fantasmas” “espíritus” “apariciones” o lo que sea que veo, de verdad. Si….era ‘el….o….una sombra…. ¿Un chico que se parecía a él tal vez?... ¡No! Tal vez ya estaba traumada con los Beatles…y ahora seguro vendría George a jalarme los pies de noche como un tipo de pesadilla. Y luego Ringo me llamaría personalmente para cantar juntos en una de sus presentaciones… ¡Alto Marceline! Ahora si estabas delirando. A veces deseaba que todo acabe, no ver más muertos, ni fantasmas, ni nada parecido, ser una chica normal con una vida normal; pero esto me había tocado y aunque fuese divertido en ocasiones, ya era suficiente para mí.

Muy afligida y sin poder conciliar bien el sueño la noche anterior, como ya venía sucediendo hace unos días, me levante de la cama con mucho dolor de cabeza. Paul quien sabe dónde demonios estaba, y de Frida tampoco sabía nada desde la última vez que nos vimos en la cafetería hace unas semanas. Me vestí con lo primero que encontré; abrí la laptop, busque lo que tenía que buscar. Apunte en una libreta lo recién conseguido y apague todo.
-¡Paul! ¡Paul! ¡Sal de donde estés estrellita!-Grite recorriendo toda la casa mientras buscaba un abrigo y mi bolso de viaje.

Llovía a cantaros esa mañana, pero nadie me impediría hacer lo que estaba a punto de hacer.
Pase frente al único espejo que tenía en la casa, el del baño, y observe detenidamente mi rostro…-No soy tan bonita…. ¿O sí? Bueno eso no importa ahora.

-Este dinero será suficiente….Llaves., llaves, llaves…. ¿Para qué llaves si no me voy a ir en el auto? Solo las de la casa. Pasaporte…Bien, al parecer tengo todo. ¡¡¡Paul!!!
-No seas tan gritona…Eh… ¿A dónde vas esta vez?
-“Vamos” a hacerle una visita a tu amiguito narizón.
-¿¡Hablas de ir a ver a Ringo!? Pe…pe…pero… ¿Por qué?
-Lo estuve pensando, y tal vez el nos ayude, como es un ex Beatle, le creerán. Lo torturaremos hasta que confiese a la prensa si es necesario.
 -¿Cómo vas a hacer? No sabes donde esta exactamente.
-Ese será tu trabajo, averiguar en donde se encuentra en estos momentos.
-Marceline….aquí no se esta tan mal, ¿Sabes? Mejor buscamos otra forma….
-¡Ah no! Tú ya me metiste en este lio y hasta no resolverlo, harás lo que te digo. ¿Quieres irte de este mugroso mundo, o no?-Paul no dijo palabra, nada mas observo perdidamente el vacio de la habitación.-Leí que últimamente no está de gira, entonces debe de estar descansando en la casa que tiene en Monte Carlo, Mónaco, no estoy muy segura.
-¡Mónaco! ¿Iras a Mónaco? –Exclamo saliendo de aquel repentino trance.
-Así es, Mónaco, Estados Unidos, Japón…hasta el fin del mundo si hay que hacerlo. Ve esto, tengo la lista de sus posibles localizaciones. Quiero que vayas, por si mi viaje es en vano, ya sabré donde está.
-Es como si lo acosaras, jajajajaja.
-No es eso…Te estoy ayudando, tuve que congelar este lapso en la universidad, luego lo recupero, además…-Subí el cierre de mi chaqueta.-veré a Ringo Starr, eso lo compensa todo. –Sonreí más que segura de lo que estaba haciendo, aunque Paul no parecía estar conforme con la idea.
-Oye, solo no vayas a cometer una locura.-Dijo con tono preocupado.
- Ya lo veremos.

 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


No di ni tres pasos lejos de mi casa cuando me percate de que me era casi imposible ver, gracias a la torrencial lluvia. Tenía que caminar una considerable cantidad de cuadras para conseguir cualquier taxi o bus que me llevara al aeropuerto, y no quería que las maletas se empararan. Maldito chaparrón. Sabía que bajo estas circunstancias los vuelos se cancelaban, ojala y este equivocada.

-¡Mierda! ¿Y ahora qué?-Me queje al observar que las puntas de mi cabello comenzaba a gotear. Paul se alzo de hombros; para el no había problema evidentemente.

De pronto el sonido de unas bocinas y las cegadoras luces de lo que parecía ser un coche Volkswagen tipo “escarabajo”, se abrían paso entre la grisácea tempestad, deteniéndose justo delante de mí. La ventana del conductor comenzó a bajar, y pude reconocer el rostro de una chica a la que, sin dudas, había visto anteriormente, así que me dio un poco de confianza.

-Sube.-Me dijo, casi en una orden. Yo lo dude por fracción de segundos, pero al final subí lo más veloz posible en el asiento del copiloto, colocando la maleta en mis pies y mi bolso en las piernas.
-Gracias.-Le dije peinando la maraña de cabello que traía con mis dedos.
-No hay de qué, allá afuera el clima está bien feo.
-Perdón, ¿Te conozco?
-No sé, te eh visto hablar con Frida en la cafetería, trabajo allí. Mi nombre es Aly, y por lo que se el tuyo es Marceline.
-Ah…si, es ese.
-Fui a casa de Frida para entregarle el nuevo uniforme que nuestro jefe impuso, se me había olvidado entregárselo ayer, es por eso que vine a entregárselo a estas horas…Si no, el jefe se pone de un humor de perros. –Comentó Aly.
-Sí, Frida menciono que es algo así como un ogro.
-Esta bueno que te lleves bien con ella, no es muy sociable.
-Eso creo.- Observé por el retrovisor interior hacia los asientos traseros, Paul sonrió e hizo una mueca de saludo.
-Bueno, como te iba diciendo, entonces te vi parada allí toda empapada y temblando, con una cara de preocupación poco común.
-Más bien de muerta, jajajaja.-Continuó Paul queriendo hacerme enfadar, como siempre. Le lance una mirada amenazante  a través del espejo.
-Por lo visto te vas de viaje, pero sinceramente querida, yo no saldría a vacacionar con este clima y a estas horas…
-Sí, bueno, es que no son exactamente unas vacaciones, es de negocios, o algo así.-Indique sin dar más explicaciones.
-Interesante. Te llevo al aeropuerto.
-¡Oh no! No quiero molestarte, de verdad, tienes que ir a trabajar y…
-No es ninguna molestia; tengo bastante tiempo.-Dijo sonriendo ampliamente. –Tal vez algún día me devuelvas el favor.-Termino de decir. Era muy agradable esa niña, tenía ojos claros brillantes muy expresivos, y una sonrisa contagiosa.

Me sonroje por lo mal que me había mostrado con mi cara de “pocos amigos” que siempre traigo, ya que me había caído como un ángel,  y le dedique una sonrisa, aceptando que me llevara.

----------------------------------------------------------------------------------------------------


-¡No, no, no y no! ¡De ninguna manera tendré relación con ella, y menos de amigas! –Continuó reprochando Cosette, luego de todas las insistencias de Stuart. Se encontraban dentro de la habitación de hotel donde ella se hospedaba.

No sabía cómo convencerla, parecía ser muy testaruda. El sonido de sus gritos y reclamos en francés se hacía cada vez más irritante, esto ya le estaba colmando la paciencia al pobre Stuart, se preguntaba porque John la había escogido a ella… ¡Ah sí! La francesa tenía un gran parecido con Brigitte Bardot…-John…Eres un imbécil, sabias.-Se dijo para sí mismo. Mientras Cosette seguía chillando, supo de pronto que hacer.

-Muy bien, entonces pierdes.-Dijo levantándose de hombros, como si de algo irrelevante se tratara.
-¿A qué te refieres con que “pierdo”?
-Andrew…tu novi…bueno, tu ex novio, lo vi hablando con ella amistosamente en la cafetería aquel día.
-¿Y cómo sabes tú eso?
-Se mas de lo que crees, pequeña. Ahora escúchame. Si ella logra sacar a luz el secreto, entonces gana, no obstante, si tú la detienes eh impides eso, entonces pierde; pero si no colaboras y te rindes, la perdedora serás tú. Así que dime… ¿Quieres que ella gane esto, y además se quede con Andrew? ¿¡Eso quieres!?
-¡Claro que no!
-Perfecto…-Stuart solo dijo aquello para que Cosette por fin se callara la boca eh hiciera algo si quería continuar con el plan, no lo tomo muy enserio, ya que su intención no era mala, pero tenía que hacer entender a la chica que de eso se trataba, porque de ese modo competitivo era ella.

Cosette salió insistentemente de la habitación, como si un foco se hubiese encendido en una habitación oscura.-Vamos Stuart, hay que conocer mejor a esa tal Marceline.-Dijo finalmente, marcando una sonrisa victoriosa en el rostro de Stuart.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


-¿¡Como que ya no hay boletos!?-Exclame contrariada colocando ferozmente las manos en soporte que dividía el espacio entre el hombre encargado y yo.
-Lo siento señorita, pero si quiere puede comprar uno para el vuelo de la noche de clase turista, es el que tenemos.-Dijo calmadamente tras el agujero circular formado en el cristal de la cabina.
-¡No, nada de eso! Yo hice una reservación por internet en la página oficial, ¡estoy segura!
-Lo cierto es que no encuentro su nombre en algunas de estas reservaciones, tal vez lo haya hecho para otro horario o en otra aerolínea, sin embargo, tenemos una hora antes de cualquier cambio, puede que otra persona no compre los boletos con anticipación y allí usted puede…
-Escúchame bien…-Leí su nombre en la placa del uniforme.-Steven, tengo que lograr que el narizón confiese la verdad sobre una muerte, llevo un mes sin dormir, tres de lidiar con un famoso fantasma, no eh desayunado, ¡Y cuando no desayuno me pongo de malas! ¡¡¡Muuuyy de malas!!! Así que, revise por última vez esa porquería de computadora suya y deme el maldito pasaje ¡En este instante!-Indique histérica. 

Lo sé, me había sobreasado con el pobre hombre que colocó una expresión alarmante en su rostro, seguro ese tampoco era su mejor día y tenía que lidiar con una cliente pesada como yo, pero ¿Qué hacer? Estaba en medio de una crisis, pude haber aceptado viajar en la noche, mas no se con exactitud que me ocurrió en ese momento. Imagine que el hombre llamaría a seguridad y me sacarían a patadas de allí, sin embargo me sorprendió que no lo hiciera.

-Disculpeme…emmmm…. ¿Podría deletrearme bien su nombre?
-M A R C E L I N E    C A S T L E.- Le deletree letra por letra, ya que era como la quinta vez que se lo decía.
-¡Oh! Si, ya lo encontré, disculpe, es so…solo, mmm que…leí mal su identificación, jaja, lo lamento mucho, mal día para no traer gafas.- ¿Eso era? ¿No había leído bien mi identificación? ¿¡No había sabido cómo escribir bien mi nombre!? ¡Qué idiota! Me había hecho pasar vergüenza gritando como loca en aquel lugar, definitivamente no era mi día. Paul solo se burlaba a mi lado sin decir nada. 

Luego de todo ese desastre, había obtenido por fin mi pasaje, había abordado y despegado por fin el avión, y descansaba “cómodamente” en el asiento. A mi lado iba una señora ya mayor, un poco regordeta, que se quedaba dormida con la cabeza apoyada de su gran pecho; a Paul no lo vi, lo más seguro era que había ido a averiguar el paradero de Ringo, como le dije anteriormente que hiciera. Me había olvidado de traer conmigo un libro y tenía que tener apagado el celular, por lo que no halle otra cosa más que contemplar el azul del cielo y las nubes. Hasta que ese momento que creí olvidado vino a mis pensamientos…

FLASHBACK

-¿Por qué hiciste eso?-Me aparte bruscamente de él, quien se veía muy contento y victorioso.
-Quería hacerte sonreír. -¿Sonreír? ¡Para nada! ¿Por qué lo había hecho? ¿Y cómo? Esperen…. ¡Paul McCartney me dio mi primer beso! No, no…. ¡Un fantasma me dio mi primer beso! Eso de seguro era lo más traumante de toda mi vida.
-No era necesario besarme…
-Pues a mí me gusto, ¿y a ti? –Me sentía más que incomoda.
-Emmm pues…Aun no me explico cómo hiciste eso.
-Jajajajaja, no preguntes, solo agradece. Y por cierto…tus labios saben a cereza, con vainilla.-Agregó soltando unas risas, el color de mis mejillas se hizo más notorio, cuando mi cara era la que parecía una cereza.
-Es que…el helado era de cereza con vainilla…
-Eso lo explica todo. Jajajajaja.
-Que pesado eres.-No sabía que decir por los nervios, solo reía observando a mí alrededor, excepto a Paul.

FIN DEL FLASHBACK

En verdad me había gustado ese beso… ¡Acababa de besar a un Beatle! Era demasiado bueno para ser cierto, aunque Paul lo haya tomado como una pequeña broma. Él era un Casanova y yo había caído en su trampa, como cualquier chica inocente y enamorada de los 60’s ¿Cómo pudo…? A estas alturas ya nada podría sorprenderme más. Tampoco entendí porque estaba pensando en aquello, no podría pasar nada entre él y yo, no podía en verdad, si me hacia la idea de un “nosotros” iba a terminar arrepintiéndome y sufriendo, ese no era mi plan. No quise decírselo a Paul, la emoción me explotaba por dentro pero tenía que mantener la cordura, la poca que me quedaba.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Frida se hallaba como nunca, trabajando. Los clientes esa mañana parecían hormigas, miles de hormigas alborotadas por la ya escampada lluvia, o mejor dicho, tormenta. Cuando al fin logro encontrar un momento de paz, se recostó de la barra sobándose ligeramente la cabeza, eh intentando acomodar su espalda para aliviar la tensión. Ya se estaba cansando de todo ese trabajo, y no había nada que pudiera hacer.

Al instante, su humor cambio, al recordar que esa misma noche iría con Tino a cenar a algún sitio sin importancia. La razón de porque le emocionaba tanto, aún era un misterio; tenía muchas ganas de salir, divertirse, y más que nada, de verlo, aunque no lo admitiera.
Sus pensamientos se desvanecieron, cuando diviso a una chica entrar a la cafetería, que estaba ya prácticamente vacía. Como buscando algo, se acerco a Frida, pensaba que solo se trataba de otra clienta.

-Buenos días…
-Buenos días, ¿Se le ofrece algo? ¿Un té, un café, un chocolate caliente?
-Mmmm yo….un café, por favor.
-De inmediato.-Frida se alejo y Cosette sentándose en una de las mesas vacías, buscaba a Andrew con la mirada, quien había desaparecido hace un rato.
-Aquí estoy.-Le dijo Stuart, recostándose del asiento cruzado de brazos.
-Su café.-Frida fue a entregarle la taza, cuando vio lo que nunca creyó ver justo en frente de sus ojos, parpadeó varias veces, en un intento por hacer de su visión, solo un juego de la imaginación.

No fueron muchos los segundos que logro reconocerlo, y consiguió actuar como si nada hubiese ocurrido. Aunque Stu lo había notado. Para cuando Frida volvió la mirada hacia él, ya no estaba.

-¿Conoces a una chica llamada Marceline?-Pregunto de repente Cosette, quien no había notado la situación anterior.
-Sí… ¿Qué pasa con ella?
-¿Se encuentra aquí?
-No, hoy no la eh visto, la verdad hace un tiempo que no la veo. ¿Por qué?
-¿No sabes dónde puedo encontrarla?
-Tampoco no, lo siento.-Dijo cortadamente y con cierta desconfianza.
Cosette bufó, pensativa por un instante.-Está bien, gracias de todas formas.-Dijo finalmente, sorbió un poco de café, saco unas cuantas monedas de su falda y apenas entregándoselas a Frida, dejo el asiento, saliendo apresurada del local.

A Frida le extraño mucho aquello, primero: ¿Quién era esa chica? ¿Para que andaba buscando a Marceline? Y más importante aún… ¿Qué hacia Stuart Sutcliffe con ella?

 -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Alejándose del lugar, Cosette se topo con Stuart, en una calle no muy transitada.

-No está.
-Lo sé.
-¿Qué tienes?-Pregunto al notar lo inquieto y distraído que se hallaba Stuart.
-La chica que te atendió.-Hizo un gesto apretando los labios.-Ella me puede ver.
-¿Crees que eso nos traiga problemas?
-No lo sé. Puede especular, tal vez. Debes de ser más prudente ¿Entiendes?-Stuart no sabía con exactitud qué relación tenia Frida con Marceline, así que no le dio mucho interés, sin embargo, ahora lo tenía en cuenta.
-Pues, sigue tú consejo también.          

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Paul me despertó apenas llegamos al aeropuerto de Monte Carlo, reincorporándome del sueño en que fui presa unas horas antes.

-Te babeaste, jajajaja.-Fue lo único que dijo al verme; y sin hacerle caso, limpie mi boca disimuladamente, baje del avión, tome mis cosas, y salí a la ciudad, claro, no sin antes hacer todo los engorrosos trámites en emigraciones. Él me observaba silenciosamente mientras tanto, demasiado concentrado diría yo, al punto de ponerme nerviosa; hasta que volvió a retomar palabra.- Has actuado extraño en estos días, muy seria y distante…algo te pasa.
-Nada. Así soy yo.-Le atine a decir lo mismo que el a mí. Aunque mi comportamiento si era inusual algunas veces, tenía un agobio interno sin descifrar.
-Sí, sobre todo cuando le gritaste al hombre de los boletos, esa fue mi parte favorita.-Él sonreía, ¡Se burlaba de mi desgracia! Que descaro. Pero no me enfade por su comentario, no pude, simplemente, reí junto con él.

Lo reconozco, que linda sonrisa la de aquel Beatle, más aun en vivo y directo; confieso que, todas las Beatlesonrisas me encantaban, pero más que las de George y Ringo juntas, era la de Paul, que me llevaba más arriba del cielo hasta estrellarme contra la tierra violentamente y volverme a levantar, permitiéndole a mi confianza realizar todo aquello que él me pidiera, de deseos de cosas imposibles, una chispa que hacia brillar todo mi cuerpo, una vela que a pesar del viento persistía en continuar encendida y llameante, por otra parte, traviesa, con una pisca de sensualidad irresistible, esa era su sonrisa. ¿El estaba muerto? No parecía, así que lo descubrí, para mi él era la esencia, de lo alguna vez fue en esta tierra, de lo que en realidad era, cuando su cuerpo tenia vida.

Cogí bien mi maleta, colgué el bolso en mi hombro y saque de él un mapa turístico de la ciudad. Localice un hotel, era de noche y no podía darme el lujo de caminar sola por una ciudad que no conocía, ni de llegar a casa de Ringo Starr como si nada a esas horas; así que pedí un taxi que me llevara al lugar indicado.

Allí se hablaba en francés, pero eso no fue un problema muy grave para mí, podía “sobrevivir” gracias a que en el internado me enseñaron lo básico del francés, italiano y alemán; por suerte.

Llegue al hotel, era sencillo, pero lo suficientemente bueno. Me instale como pude, revise en internet la dirección exacta del ex Bealte; comparándola con la que Paul me dijo y había averiguado de antemano; como yo supuse, el si se encontraba allí. Al día siguiente iría para ese lugar, iría a contarle aquello que guardo por mucho tiempo y que yo, una chica que nunca vio en su vida, sabía con determinación, era posible que no me creyera, que lo negara una y otra vez por más verdad que sea. Como iba a  entrar en la propiedad y verle, ni sabía. Los nervios eran evidentes, y tratando de controlar mis neuronas, procure dormir, mañana sería un largo día.

 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Esa misma noche en Londres Inglaterra, Frida ya “arreglada” para su “cita” con Tino,  lo pongo así porque solo llevaba un vestido corto a rayas blanco y negro, con unas botas altas sin tacos color negras; de maquillaje apenas un delineado negro en la parte superior del ojos, se coloco encima una chaqueta negra de cuero, y listo, su estilo de siempre. Y de cita, no tenía nada, o por lo menos eso pensaba ella.

Tino fue por ella en un auto convertible rojo que apenas logro reconocer, ya que él normalmente llegaba a la cafetería a pie, o en un auto usado y algo viejo, pero conservado.

-¡Wow! ¿Qué se supone que es esto? No me digas que lo robase, mira que no me quiero meter en problemas ahora niño.-Le dijo apenas subió al convertible.
-Jajajaja no, para nada. Es mío.-Indico pareciendo ser sincero y despreocupado.

Ella arqueo las dos cejas, una cierta incertidumbre paso por su mente, pero prefirió guardar sus presurosas preguntas.-Mas te vale. –Concluyó, y no dijo nada más en todo el camino, que para impresión de Frida, había sido realmente largo.

Tino estaciono el auto frente a una casona, de gran entrada y hermoso jardín delantero. Frida dirigió una mirada suspicaz al observar que era uno de esos lujosos y exclusivos barrios, de esos que solo se ven en las películas. A decir verdad, se había percatado de esto al cruzar las montañas y alejarse de la ciudad, pasando por varias entradas con grandes letras en ella, coches de último modelo aparcados frente a inmensas mansiones. Se podía oír desde adentro una música animada, por lo que parecía ser una fiesta, se sintió abrumada al instante.

-¿Qué hacemos acá? Dijiste que iríamos a un restaurante.
-Ya lo veras.

Sin saber lo que tramaba aquel chico, Frida soltó un largo  y quejumbroso suspiro, reprimió todas las preguntas que abordaban su cabeza, y prefirió seguirle la corriente. Entraron en aquella mansión abarrotada de gente, que al notar con sus propios ojos, eran famosos, si, famosos, ya que se topo con varias celebridades, y otras personas de recio abolengo, a quienes no dejaba de admirar con cautela, parecía ser un sueño; que cada vez se hacía más interesante.

Las luces, el ruido de la música a todo dar, el olor a alcohol y marihuana que parecía concentrarse cada vez más, mareaban a la chica, que no estando acostumbrada a esa clase de vida, comenzó a sentirse incomoda. Sin darse cuenta de que Tino la tenia agarrada de su mano, y este la había soltado por un instante para saludar a Wendy, que también estaba en la fiesta, y quien charlaba alegremente, con otro de los tantos grupos que se encontraban en el lugar. La rubia se le acerco, la saludo igualmente y dio media vuelta, alejándose.

-Toma asiento.-Indico Tino sonriente, señalando unos pubs puestos al azar en el parqué. Frida le obedeció, eh intentando controlar sus ganas de reclamarle por aquello, comenzó a decir…
-¿Dónde estamos? ¿Qué es todo esto?
-Esta es mi casa, y es una fiesta, mmm…hoy es mi cumpleaños.
Frida escupió de repente el pequeño sorbo que le había dado a su Martini, que Tino le ofreció minutos antes.- ¿Tu qu…que? ¿Por qué no me dijiste antes? Y... ¿Cómo es que?...... ¡Ay! Lo siento. Feliz cumpleaños…-Dijo, aun con la notoria sorpresa en su rostro.
-Jajajajajajaja, veras, no te dije porque creí que no aceptarías venir, no sé porque en verdad.
-Y como es que vives…aquí. Y tienes estos inusuales, invitados…
-Bueno, mis padres son dueños de una gran discográfica aquí en Londres; mi hermana Nina, la novia de Wendy, es diseñadora, y una de las principales modelos de las revistas mas importantes de New York. Son muy reconocidos, y se puede decir que mi posición económica y social es bastante estable.

Frida se acomodo en el pub, tratando de asimilar todo lo escuchado. Estaba en un lugar que no conocía, con personas que no conocía  y un chico al que ahora sabía, no conocía tampoco; sin embargo, le parecía atractiva toda la situación.

-Lamento no habértelo dicho antes, pero muchas de estas personas solo están aquí por puro interés, y no quería que sucediera lo mismo contigo.-El brillo en sus ojos indicaban que no mentían.-Es agradable tener una persona que te aprecie por quien eres y no por lo que tienes. De veras lo siento.
-Discúlpame a mí, por no haberte traído un obsequio.
El sonrió.-No hay cuidado.- Algo en su mirada, le hacían recordar a la de George Harrison, su misma seria expresión, con unos ojos halógenos, que la llevaban a suspirar muy en el fondo.

Como no se dio cuenta antes, hasta su sonrisa era idéntica; por un segundo pensó que se trataba del mismísimo Dhani Harrison, aunque en una versión más joven, y mejorada, con la única diferencia que Tino era rubio. Vacilo  por un instante.

-Te han dicho antes que te pareces a….
-¿Si?
-A…..Mmmm….Ge….
-George Harrison…
-Sí.
-Jajajaja. Un par de veces, es parte de mi atractivo.-Dijo burlesco, haciendo que Frida sonriera también.-Te tengo una sorpresa.
-¿Cómo así? Más de la que ya tengo es imposible.
-De veras, creo que es buen momento.-Hizo una pausa, dejando en expectativa a la chica.-Se que la música es tu vida, y que te encanta tocar guitarra. Así que eh quedado con mi padre para que grabes en un estudio.-A Frida se le iluminaron los ojos, y todo lo malo que había pensado sobre el anteriormente se desvaneció por completo.-Claro…quiere hacerte una prueba primero, pero estoy seguro de que le encantaras.

Sin darse cuenta, tenía a Tino entre sus brazos, casi ahorcándolo; tanto él como ella quedaron perplejos, era la primera vez que Frida hacia eso, pero continúo apretándolo tanto como su agradecido corazón le permitía.-Gracias, gracias, gracias, gracias, muchas gracias, no  sabes lo feliz que me has hecho.-No tenia palabras, y que decir sobre Tino, que ahora se encontraba en el paraíso.

La noche avanzaba magníficamente. Adentrándose más en el ambiente, bailando felizmente, mientras disfrutaban de la velada, ella estando drogada, poco menos que Tino. Frida reconoció  a lo lejos, un personaje que últimamente se relacionaba en su vida, aunque no de tal modo, ni él era exactamente de quien se trataba.

-Ese es...-Pronuncio cerca del oído de Tino, para que pudiera escucharla.
- Ah sí, Paul McCartney.-Dijo haciendo caso omiso a su presencia, a Frida tampoco le hacía mucha gracia, en un pasado tal vez haya saltado frenéticamente hacia él, pero sabía que solo se trataba de, mejor dicho, Faul.-Ah hecho muchos contratos con la disquera, es como un “amigo” de la familia, lo invite porque sabía que te gustaba su ex banda, aun sabiendo que Wendy se volvería como loca.
-Espera…. ¿Ella no era lesbi?
-Sí, pero lo admira mucho. –Recordó lo que había dicho el día en la conoció y no pudo evitar soltar unas risas.- Puedes ir a conocerlo ahora, jajaja.

Frida se comporto como si nada, tampoco quería hacer sospechar a Tino, así que fue a donde el hombre, que arrinconado conversaba con una mujer más joven, poso la mirada en ella; le pidió un autógrafo muy sonriente, y se devolvió. Después de todo, muchas de las canciones que le encantaban fueron hechas por él.

-Hablando de eso…. ¿Que opinas sobre la “supuesta” muerte de Paul McCartney?-Le interrumpió sentándose su lado de nuevo.
-Patrañas…-Contesto firmemente.-Muerto o no, el tipo logró llegar lejos con una buena imitación, eh hizo a mucha gente feliz, punto.-Y tenía razón por una parte, pero algo escondía en sus palabras. Y quiso cambiar de tema, parecía disgustarle aquel asunto.
-¿También conoces a Ringo Starr?
-Por supuesto...-Respondió soltando el espeso humo por su boca, mientras sujetaba un porro. Aunque con una mirada firme en el vacío.
-¿Me lo presentarías?
-Claro, cariño. Solo dime cuando.-Volteo a verla, notándosele los efectos de aquella droga reflejada en sus continuas risas.


Tuvo una increíble idea. Y mientras maquinaba cosas en su mente, se vio interrumpida por un escalofrió que le recorrió el cuerpo, seguido de un placer excitante, que era producto del alcohol, Tino la tenia encaramada en  el puf, besándola en el cuello apasionadamente, mientras de fondo sonaba la canción “Why Don’t We Do it In The Road.”


♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪


Feliz de volver a publicar otro capitulo, agradezco enormemente a las que leen esta historia. =) El capitulo no iba a terminar allí, pero se me paso la mano, la hice muy larga y quedo un poco recortado en cuanto a contenido, sin embargo publicare pronto el siguiente, para no hacerlas esperar mucho. Jajaja. Como ya habrán notado, decidí el nombre de la protagonista, y este sera "Marceline" No se quienes aquí hayan visto "Hora de Aventura" Un personaje tiene ese nombre y no se, me encanto. x3 Jajajajaja. Frida, si estas leyendo esto, ¿Recuerdas lo del asesinato? Bueno, después de esto no falta mucho. >.< No, mentira, tampoco soy tan mala. 
Jajajajaja, la verdad es que no me acordaba de Hermione cuando escribí esa parte, y me reí mucho. No te preocupes, a mi también me encanta Harry Potter. c:
Saludos, paz y amor. <3